“En tres palabras puedo resumir todo lo que he aprendido acerca de la vida: Continúa hacia adelante”
-Robert Frost
El COVID-19, como muchos otros acontecimientos de impacto en la historia de la humanidad, nos ha enseñado que el ser humano tiene una capacidad de adaptación y resiliencia muy grandes, y que precisamente esta característica le permite adoptar nuevas costumbres, aunque estas se hayan establecido de formas muy abruptas.
Actualmente coexistimos distintas generaciones: baby boomers, generaciones X, Y y Z y a pesar de las diferencias que podemos tener como generaciones siempre vamos a tener puntos de convergencia, uno de ellos es la tecnología. Es un hecho que la digitalización ha surgido en los albores de la generación millennial (generación Y) y ha tenido un gran crecimiento junto con el inicio y avance de la generación Z, sin embargo la tecnología digital ha sido de adopción general por todas las generaciones que habitan actualmente el planeta. Incluso la generación de los baby boomers, los veteranos de las generaciones actuales (para esta comparación no contaremos con la generación silenciosa), están batallando con la tecnología, y la están domando.
Dentro de los muchos avances en digitalización tenemos ya como intermediarios principales los dispositivos portátiles o de escritorio, y móviles. Estos dispositivos nos facilitan el acceso a muchas herramientas, algunas intrínsecamente ligadas al reemplazo de tecnología antigua, y otras que han calado mucho en el uso cotidiano dada su genialidad e innovación; pero que al final de todo automatizan procesos que en el pasado se hacían de forma manual o análoga, procesos que incluso damos por sentado, que pueden ir desde una calculadora, la funcionalidad de hacer una llamada telefónica o videollamada (sin utilizar un teléfono), hasta entretenernos mediante vídeo juegos, informarnos en portales de noticias, comunicarnos mediante conversaciones escritas, tener álbumes de fotos online, sin contar con todos los sistemas empresariales, para cliente final o backoffice que utilicemos en nuestro día a día.
¿Qué es un eCommerce? y ¿Cuál es su trascendencia en las circunstancias actuales?
El eCommerce, o comercio electrónico, es por definición un sistema de compra y venta, ya sea de productos o servicios, el cual utiliza el Internet como principal medio para realizar el intercambio. Lo cual, como se puede deducir se trata de un comercio que exhibe los productos, características y precio, además que gestiona cobranza y pagos de forma electrónica, siendo el último punto (movimiento de dinero) el principal en el que radica su naturaleza.
Es importante hacer énfasis en que lo que hace de un sistema un comercio electrónico, es el de basar su sistema de pagos/cobranzas por medios electrónicos, ya que existen otros puntos que complementan el eCommerce y que suelen confundirse como características principales de mismo, como lo son: manejo online del stock, SEO (posicionamiento en motores de búsqueda), marketing a través de mailing o redes sociales, promociones, entre otros.
El último listado complementa y facilita el propósito del comercio electrónico, pero ello pertenece más al grupo de eBusiness, que viene a ser un concepto mucho más grande al cual pertenece el eCommerce. Haciendo una comparación, uno puede tener una tienda, hacer publicidad, ofertas, tener una buena atención al cliente, entre otras cosas; aún sin tener nada de esto nuestra tienda seguirá siendo una tienda, sin embargo ambas cosas se complementan y tener estrategias que complementen la administración y generan más ventas son clave para que nuestra tienda sea un éxito.
El mundo del comercio electrónico abarca muchos conceptos y tendencias, sin embargo podemos clasificarlos en dos grandes grupos, dependiendo su forma: según su modelo de negocio y según su perfil comercial.
1. Según modelo de negocio:
Tienda online con productos (stock) propio o servicios propios, dropshipping (venta en la misma tienda, sin stock), de afiliación (ganancia de comisión por referir otras tiendas), Marketplace (una gran tienda con otras tiendas dentro) y por membresías (suscripción y pago periódico).
2. Según perfil comercial:
B2B (Business to Business, o de empresa a empresa), B2C (Business to Consumer, de empresa a consumidor), C2B (Consumer to Business) y C2C (Consumer to Consumer).
El concepto y características de un eCommerce abarcan mucha información de por medio, y es imprescindible el conocer el enfoque que se tomará de cara a tomar el emprendimiento de implementar uno, ya que ello acarreará un análisis posterior de todo el complemento que lo acompañará, sobretodo en cuestiones de estrategia de marketing, todo ello sin mencionar que el sistema (a medida o adaptado) puede variar en base al modelo de negocio y al cliente final también, por lo cual hay que brindar especial énfasis en conocer por completo de qué forma se trabajará para evitar reprocesos y sobrecostos.
Importancia del eCommerce
La actual pandemia, dejando de lado todos los aspectos negativos que acarrea el vivir en constante riesgo, nos ha forzado a abrazar la digitalización como un aliado, lo que ha facilitado el crecimiento del consumo de herramientas digitales, a más usuarios de la tecnología más potenciales consumidores tendremos para nuestro negocio.
En un mundo en donde el contacto con el ser humano es limitado dada la necesidad de guardar distancia, el contar con una herramienta sin contacto nos abre las puertas a un sinnúmero de posibilidades, y permite a la tecnología tomar un camino que en Latinoamérica hubiera tomado años en adoptarse, el poder contar con una vitrina digital en donde podamos exhibir nuestros productos o servicios, sin limitarnos a un espacio geográfico, a un local adecuado para llegar mejor a las personas, y apalancandonos en las cada vez más avanzadas estrategias de marketing digital, nos abre un canal alternativo (a futuro incluso principal) en el cual podemos llegar a consumidores que en el pasado nos hubiera sido complicado alcanzar.
Qué sí y qué no
Citando puntualmente las ventajas del comercio electrónico vale la pena mencionar: no se tiene horarios para atender un cliente y se puede llegar a más clientes, el costo de implementación y mantenimiento es menor que el de una tienda física, su escalabilidad tiene un potencial inmenso y el margen de ganancia se incrementa con la estrategia adecuada.
Con respecto a las desventajas, que las tiene, podemos listar: productos “intangibles”, al menos al momento de la primera impresión, los productos o servicios no se pueden tocar, la desconfianza que se tiene aún por los medios de pago electrónicos persiste, que a pesar que va ganando terreno el pagar de manera electrónica, aún es algo que se está erradicando, requiere de acceso a Internet y siempre se requiere de tener mano de obra calificada para su implementación, o como mínimo un conocimiento básico para gestionarlo uno mismo tras su implementación, otro punto más es que la competencia es fuerte y como último es que una tienda virtual requiere un esfuerzo constante por volverse visible y mantener esa visibilidad a los potenciales clientes.
Finalmente, ¿vale la pena?
Haciendo una acotación final, diría que es importante notar que gran parte del avance a nivel digital que estamos viviendo gracias al distanciamiento social, ha llegado para quedarse. Con esto quiero decir que muchos de los negocios se están volviendo digitales, por tanto es una estrategia adecuada (necesaria en algunos casos), el contar con un canal digital de ventas, ya que con el tiempo la tendencia se inclina hacia tener todo en la comodidad de tus manos.
Ya sea que tengas un negocio de comercio con canales tradicionales, o estés pensando en iniciar con un negocio de comercio, lo mejor es adoptar la tecnología lo más pronto posible para no quedarse obsoleto, casos de obsolescencia en grandes empresas hay por miles, con todos los indicadores a la vista lo más sensato es ir a lo seguro, lo digital llegó para quedarse.
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